Precisiones obligadas

Sobre algunas manifestaciones del señor Reyes en este periódico sobre política del euskera. 1) Ningún gobierno ni norma legal han pretendido trasladar al ámbito privado la obligación de todas las instituciones públicas de atender al ciudadano en la lengua de su elección. Una cosa es atender a todos siempre ‘en’ la lengua de su elección, y otra bien distinta lo que se ha pretendido para solo una parte del ámbito del consumo según el principio jurídico de disponibilidad: atender ‘sea cual sea la lengua oficial utilizada’. La doctrina jurídica explica la diferencia. 2) La realidad sociolingüística debe ser tenida en cuenta para actuar con razonabilidad y sin voluntarismo, no para perpetuarla: equilibrar progresivamente el desequilibrio no es imposición. 3) Para incoar y resolver un expediente sancionador es preciso explicitar un tipo infractor y un procedimiento, algo que aún no existe. 4) Confiar en que las nuevas generaciones incorporarán “de forma natural” el euskera a sus puestos de trabajo y renunciar por ello a la regulación e impulso de su uso: he ahí el ‘laissez-faire, laissez-passer’ que, a pesar de buenas intenciones, perpetúa la desigualdad lingüística. El uso de las lenguas no aumenta ni disminuye de manera natural como si de un fenómeno meteorológico se tratara, ni aquí ni en ningún sitio.

* Publicado en Cartas al Director en El Correo y en el Diario Vasco el 13-09-2011, con relación al artículo “La mejor política sobre el euskera”, de Vicente Reyes, publicado previamente en el Correo (05-09-2011) y en el Diario Vasco (11-09-2011).

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