Palabras pronunciadas a modo de despedida de la presidencia del NPLD en la Asamblea General celebrada en Soraga (Fassa, Provincia Autónoma de Trento) el pasado 9 de junio. La intervención se realizó íntegramente en castellano por cuestiones relacionadas con la traducción simultánea.
Compañeras y compañeros:
Ha llegado el momento de despedirme formalmente de mi responsabilidad como presidente de la NPLD. Y os quiero decir, ante todo, gracias, muchas gracias: gracias de todo corazón a todos vosotros, a todos los miembros de la NPLD sin excepción.
Tal y como os comuniqué en el escrito que os envié el pasado 6 de abril, he renunciado a seguir ostentando la presidencia de la Red a partir de esta Asamblea General. Conocéis la razón de mi renuncia, la única razón. Tras las elecciones que se celebraron en Euskadi en septiembre de 2016, se formó un nuevo gobierno, y en el nuevo gobierno, a finales de diciembre yo dejé de desempeñar el cargo de viceconsejero de Política Lingüística. Estas decisiones, adoptadas por quienes están legitimados para ello, deben ser aceptadas con normalidad. De esto hace ya más de cinco meses. No obstante, durante estos cinco meses y pico, el Gobierno Vasco me ha mantenido en su representación en la NPLD, y yo he podido continuar, y he continuado, trabajando como presidente, cumpliendo con mi compromiso con vosotros, utilizando para ello, como muchos de vosotros sabéis, horas de ocio y vacaciones, porque, como todos los miembros de la NPLD lo sabemos, el cargo de presidente es un cargo no retribuido. Y lo he hecho con mucho gusto, y así habría seguido haciéndolo si hubiera podido continuar el tercer año de presidencia, porque creo firmemente en la NPLD y en la necesidad de fortalecer organizaciones europeas como esta para la creación de la nueva Europa que debería abordar también la cuestión lingüística en clave inclusiva y europea.
Dos años de trabajo a favor del interés común de la NPLD por encima de cualquier interés particular.
Hace dos años, en junio de 2015, en la Asamblea General de Helsinki, fui elegido presidente para tres años, por unanimidad, a propuesta de la Provincia Autónoma de Trento y de la Oficina Pública de la Lengua Bretona. Estoy muy agradecido por la confianza otorgada. Allí me comprometí ante vosotros a trabajar tanto a nivel interno como en la proyección exterior, tomando como principios-guía dos perspectivas: por una parte, el desarrollo de la Hoja de Ruta para la Diversidad Lingüística –Hoja de Ruta que, en aquel momento estaba en fase de aprobación definitiva, tras el trabajo liderado entre otros por Markus Österlund- y, por otra parte, la mejora de los procedimientos de gestión en términos de máxima transparencia y mayor eficiencia. A los pocos meses, en noviembre de 2015, en Bruselas, el Consejo de Dirección (SC) aprobó unas líneas de acción que propuse para el período 2016-2020. He procurado cumplir el compromiso adquirido, y he intentado siempre defender el interés común de la NPLD, por encima de cualquier interés particular: desarrollo de la Hoja de Ruta, y mejora de nuestros procedimientos de gestión. Hoy aquí, a modo de despedida, quiero subrayar -y volver a subrayar- que este ha sido un trabajo colectivo; por eso hemos podido avanzar de manera notable, a pesar de las dificultades. Lo quiero decir bien claro y alto: no ha sido el trabajo solo del presidente, ni mucho menos. He tenido la suerte de colaborar y aprender con muchas otras personas.
Ha sido un trabajo colectivo, un trabajo intenso en dos años.
Han sido dos años de trabajo intenso, no exento de dificultades, pero ha valido la pena. Gracias. No todo habré hecho bien, seguro que no: os pido disculpas sinceramente, porque podía haber hecho mejor algunas cosas. No hemos partido de cero, esto también lo quiero subrayar: hemos partido del importante trabajo desarrollado por otros en varios años. Y explícitamente lo quiero reconocer. Eso sí, hemos abierto un camino nuevo, y lo dejamos trazado. En dos años:
- Hemos culminado el complicado proceso de cierre formal de la empresa de Cardiff y constitución de una NPLD que es hoy, no una empresa privada, sino una asociación internacional sin ánimo de lucro, instalada en Bruselas, en el centro principal de las instituciones de la UE. Creedme si os digo que no ha sido fácil;
- Hemos iniciado nuevas colaboraciones –incluso financieras- con otros organismos, por ejemplo, el CMC (Centre Maurits Coppieters, con quien organizaremos y financiaremos conjuntamente una Conferencia de Alto Nivel en Bruselas en octubre-noviembre de este año, con arreglo al acuerdo que la pasada semana firmé en representación de nuestra Red);
- Hemos profundizado en las relaciones con altos responsables de instituciones clave de Europa, por ejemplo, con la Comisión Europea, desde el nivel de diversas Direcciones Generales hasta el propio comisario del área (comisario Tibor Navracsics), con la Oficina de la Carta Europea de Lenguas Regionales y Minoritarias del Consejo de Europa también al máximo nivel, tal y como se ha evidenciado con la participación como principal ponente de Sixto Molina ayer aquí en nuestro Congreso Internacional sobre Lenguas, Economía y Turismo, y con el Parlamento Europeo al nivel del Intergrupo;
- Hemos establecido y fortalecido también relaciones con organismos sociales y gobiernos e instituciones regionales y subestatales de diferentes lugares del continente;
- Hemos trabajado en la atracción de nuevos miembros de pleno derecho (por ejemplo, Valencia);
- Hemos llevado a cabo la regularización de la estructura del Staff/Secretaría con arreglo a la legislación belga, tarea que ha resultado compleja;
- Hemos puesto en marcha importantes reformas de procedimientos de gestión interna para obtener una mayor transparencia y eficacia, etc.
Y, en ese mismo periodo de dos años, hemos llevado a cabo numerosas iniciativas que están recogidas en el Informe de Actividades de 2016 –Informe que ha sido presentado tanto en el Consejo de Dirección anteayer como hoy en esta Asamblea General-, y hemos organizado y celebrado varios seminarios y Conferencias, además de dos Asambleas Generales y varias reuniones de trabajo del Comité de Presidencia (CC) y del Consejo de Dirección (SC).
Quiero reconocer y agradecer el trabajo de muchos en esta tarea colectiva.
Insisto: ha sido un trabajo colectivo. Quiero agradecer y reconocer la contribución y dedicación de los miembros del Secretariado en estos dos años (gracias Vicent Climent, gracias Eva Soms), la dedicación del Chairs Committee, las propuestas –propuestas críticas, en ocasiones, pero siempre constructivas- de los miembros del Steering Committee, la confianza y apoyo que he sentido por parte de los miembros de la NPLD, el compromiso activo del Gobierno Vasco desde el principio durante muchos años con la NPLD, y la ayuda directa y continua que he tenido de mis colaboradores en el Gobierno Vasco desde junio de 2015 (Jorge Gimenez, Araceli Díaz de Lezana, y otros colaboradores). Quiero, asimismo, agradecer y reconocer la colaboración que en estos últimos cinco meses he recibido también por parte de la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya y, de manera especial, así lo quiero y debo señalar, por parte de la Diputación de Bizkaia y su representante en la NPLD, la diputada Lorea Bilbao. Gracias a todos ellos, y gracias de todo corazón a todos y cada uno de los miembros de la NPLD por la oportunidad que me habéis dado para ejercer durante estos dos años la responsabilidad de presidente. Estos días aquí en Fassa y en días anteriores varios de vosotros me habéis planteado que considere continuar y completar el tercer año. Os agradezco las muestras de confianza. He desempeñado mi trabajo durante todo el tiempo en que he formado parte de la representación del Gobierno Vasco, también en estos últimos cinco meses en que ya no era cargo del Gobierno. Pero al cesar en la representación, no debo continuar, y hay que asumirlo con naturalidad y normalidad. Os agradezco que lo entendáis, y os agradezco que comprendáis que en estas circunstancias no haya intervenido en el proceso de elección de la nueva persona presidente. Evidentemente, ya fuera de la NPLD, podéis contar conmigo para colaborar con vosotros en aquello que creáis conveniente y yo pueda efectivamente hacerlo.
Hemos dado pasos para consolidar la NPLD. El futuro no está escrito: dependerá de lo que se haga a partir de ahora.
Un nuevo enfoque de la diversidad lingüística en Europa: es cuestión de más democracia y mejor convivencia.
Me vais a permitir que, en estas palabras de despedida, en mis últimos minutos como presidente y miembro de la NPLD, haga una referencia a la cuestión de la diversidad lingüística en Europa, a la razón de ser de la NPLD y su mensaje de cara al futuro. Creo que todos los europeístas convencidos observamos con preocupación la salud del proyecto llamado Europa o Unión Europea. Hoy no es posible hablar de fortaleza del proyecto europeo; más bien cabe hablar de agotamiento y cuestionamiento de dicho proyecto, si bien hay razones para huir de la resignación y el pesimismo, porque es el momento de la definición y de la construcción del nuevo proyecto europeo. Europa, la Europa de la “unidad en la diversidad”, necesita ser reinventada; la Unión Europea necesita una nueva narrativa, una narrativa de los ciudadanos, una narrativa que sea capaz de implicar e ilusionar a la ciudadanía en un proyecto común, sencillamente porque los problemas de la nueva sociedad requieren soluciones conjuntas que vayan más allá de los marcos regionales, nacionales, subestatales y estatales. Y esto que digo sobre la Unión Europea y su nueva narrativa lo digo también -sin quitar una sola palabra- y lo quiero subrayar, sobre las lenguas y la diversidad lingüística europea. Esto que digo sobre el nuevo proyecto europeo digo también sobre una nueva manera de asumir la diversidad lingüística europea desde el derecho a la diferencia y en clave de Europa como una unidad.
Claro que la pervivencia y vitalidad de las lenguas minorizadas y minoritarias se juega básicamente en sus respectivos territorios, pero también se juega en el ámbito europeo. Necesitamos que Europa asuma como propia (es decir, no como algo local, regional o estatal) la diversidad lingüística más allá de las 24 lenguas de Estado. Una Europa ilusionante no puede ignorar o relegar a un segundo plano esta diversidad. Decía que la Unión Europea necesita una nueva narrativa, para avanzar en la integración social y política. Necesita ilusionar, y no creo que consiga ilusionar porque vaya a ser la primera economía del mundo, que no lo es, ni lo va a ser; o porque vaya a ser el continente con el ejército más fuerte del mundo, que no lo tiene, ni lo va a tener. La economía es fundamental e imprescindible, claro que sí, pero para ilusionar a la ciudadanía el proyecto europeo necesita que Europa sea además y sobre todo un ámbito de integración política caracterizado por el liderazgo en los derechos humanos, en la justicia social y en la gestión equitativa de su diversidad, también de la diversidad cultural y lingüística europeas.
Todo ello exige, entre otros, un reconocimiento efectivo –no retórico- de la diversidad lingüística más allá de las 24 lenguas oficiales de la actualidad. Exige la visibilización de nuestras lenguas en el escenario europeo. Exige que también nosotros, las comunidades de lenguas minorizadas y minoritarias, las comunidades de lenguas propias no hegemónicas, pensemos en clave europea, entendida no como una suma de nuestros ámbitos locales, regionales y subestatales, sino como un ámbito propio de diversidad, más allá también de nuestras lenguas propias minorizadas. Todos tenemos que elevar la mirada. A esa tarea apasionante puede contribuir modestamente la NPLD, en colaboración con otros, generando y divulgando discurso lingüístico equitativo e inclusivo, ejerciendo influencia en las instituciones europeas de todo tipo, impulsando dinámicas de conocimiento mutuo, intercambio de buenas prácticas y cooperación entre decenas de comunidades lingüísticas, es decir, entre las comunidades de lenguas que en la NPLD denominamos lenguas CCRRSS.
Desde hoy la NPLD contará con una nueva persona en la presidencia, que seguro que dará lo mejor de sí misma en beneficio de la NPLD y de la diversidad lingüística europea. Le deseo lo mejor y el mayor acierto en su gestión. Os pido que le apoyéis al menos tanto como me habéis apoyado a mí. Gracias de todo corazón a todos.
Soraga (Fassa, Provincia Autónoma de Trento), 9 de junio de 2017
Patxi Baztarrika, presidente de la NPLD (junio de 2015 – junio de 2017)