Datos correspondientes a la CAV de la VI Encuesta Sociolingüística

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Para llevar a cabo cualquier tipo de política pública es imprescindible conocer a fondo la realidad. También para hacer política lingüística. Por tanto, para que la política pública de fomento del euskera que estamos impulsando cuente con una base sólida, debemos conocer la evolución social del euskera con la mayor precisión posible, en una perspectiva plurianual, con una mirada intergeneracional. Es absolutamente necesario disponer del diagnóstico más riguroso posible. Y, para ello, es necesaria la investigación. Precisamente, existe un estudio que analiza las principales variables de la evolución lingüística y que se realiza en los tres territorios del euskera: la Encuesta Sociolingüística del País Vasco. El único trabajo de investigación que reúne tales características. Precisamente por ello, y porque cumple 25 años, es tan importante la Encuesta Sociolingüística.

La Encuesta Sociolingüística tiene en cuenta a la población del País Vasco de 16 años o más (alrededor de 2.650.000 personas). La edición de 2016 recoge 8.200 encuestas, la mayor cantidad de encuestas realizadas hasta la fecha: 4.200 en la CAV, 2.000 en Navarra y 2.000 en el País Vasco Norte. Han sido ya realizadas las correspondientes a la CAV y a Navarra, y se hallan en vías de realización las del País Vasco Norte, que, claro está, se concluirán dentro del presente año. La Encuesta se realiza cada cinco años. La primera se realizó en 1991. Como se ha dicho, en ello estriba también la importancia de la Encuesta: además de brindarnos información acerca de la situación actual del euskera, nos presenta la tendencia evolutiva de los últimos veinticinco años.

La VI Encuesta Sociolingüística, al igual que las precedentes, recoge cuatro ámbitos de investigación: competencia lingüística de la ciudadanía, transmisión de la lengua, uso del euskera en diversos ámbitos (en el hogar, con los amigos y amigas, en el trabajo y en los ámbitos formales) y la actitud respecto al fomento del euskera. La Encuesta abarca el conjunto del País Vasco. Es, por tanto, una y única, y, al mismo tiempo, consta de tres partes (CAV, Navarra y País Vasco Norte). Así, la Encuesta muestra la evolución del euskera, además de en la totalidad de su territorio, en cada uno de esos tres territorios. Esto nos resulta también altamente enriquecedor, porque el euskera vive en tres ámbitos jurídico-administrativos, y cada uno de dichos territorios presenta una realidad sociolingüística diferente con relación a los otros dos.

Quiero subrayar una novedad: este año, la Encuesta ha sido puesta en marcha, realizada y financiada por primera vez, y desde el primer momento, mediante la actuación conjunta de los poderes públicos de los tres territorios. El euskera es patrimonio de los tres territorios, y trabajamos unidos precisamente porque estamos convencidos de que la revitalización y fomento del euskera es una tarea que atañe a las ciudadanías y poderes públicos de los tres territorios, respetando, ciertamente, las características y competencias de cada cual, pero unidos en noble compañía en la labor de fomentar el euskera, y en este caso concreto, en la realización de la VI Encuesta Sociolingüística.

«Acabamos de presentar la parte correspondiente a la CAV. En pocas semanas llegará la de Navarra, y hacia enero la del País Vasco Norte»

La que acabamos de presentar es la parte correspondiente a la CAV. Pronto, en pocas semanas, vendrá la correspondiente a Navarra (se ha finalizado ya el trabajo de campo y en breve concluirá la explotación de los datos). Posteriormente llegará la relativa al País Vasco Norte (esperamos que en enero de 2017), y, con ella, la correspondiente al conjunto del País Vasco.

Hay un aspecto que, dada su especial relevancia, deseo resaltar antes de proceder a la exposición de los datos: la Encuesta Sociolingüística que presentamos este viernes pasado tiene en cuenta a los ciudadanos y ciudadanas de 16 años o más. Quedan fuera de la Encuesta, por tanto, los y las jóvenes y niños y niñas menores de 16 años. Pongo de relieve esta cuestión porque, precisamente, es el grupo de edad de los menores de 16 años el de mayor peso para el euskera: hoy día, el 81% de la población menor de 16 años es vascohablante (alrededor de 240.000 habitantes), y ese contingente queda fuera de la Encuesta. Es sabido que el mayor crecimiento del número de vascohablantes se debe a la aportación de la escuela. Hoy día, el 73,1% de la población juvenil e infantil cursa sus estudios en el modelo D, y el 21,3% en el modelo B; por tanto, el 94,4% utiliza el euskera como lengua de aprendizaje. Lo que queremos decir con ello es que, si consideramos la totalidad de la población, la cantidad de vascohablantes de la CAV es claramente superior a la que recoge la Encuesta.

Para ilustrar esta afirmación, bastará que reparemos en la la V Encuesta (la de 2011): en 2011, con arreglo a la Encuesta Sociolingüística, el 32% de la población de la CAV era vascohablante. Pero ese mismo año, en el mismo 2011, el 36,4% de la población de la CAV de 5 años o más era bilingüe: una diferencia de 4,4 puntos.

La exposición de los principales datos y conclusiones de la VI Encuesta Sociolingüística correspondientes a la CAV viene dada con arreglo a los cuatro ámbitos de investigación antes mencionados: competencia lingüística en euskera, transmisión familiar del euskera, uso del euskera en diversos ámbitos (formales y no formales) y actitud respecto al fomento del euskera.

Como veremos, se han producido notables cambios en estos 25 años, y también en los últimos 5 o 10 años. Se confirma, y de manera palmaria, que la del euskera es la crónica de un crecimiento. Así sigue siendo. Visto dónde nos encontrábamos y dónde nos encontramos hoy, es impresionante el salto que la sociedad vasca ha dado a favor del euskera: la sociedad vasca tiene sobrados motivos para sentirse satisfecha y orgullosa. Pero es largo, y complejo, el camino que nos queda por recorrer para construir una sociedad más bilingüe y acrecentar la vitalidad del euskera.

«El cambio que pone de manifiesto la VI Encuesta se resume en las siguientes palabras clave: crecimiento, crecimiento continuado, crecimiento no homogéneo, nuevos tipos de vascohablantes y nuevos retos»

Como palabras clave del cambio que la VI Encuesta pone de manifiesto, yo resaltaría las siguientes: crecimiento, crecimiento continuado, crecimiento no homogéneo, nuevos tipos de vascohablantes y nuevos retos.

El 33,9% de la población de 16 años o más es vascohablante (631.000 personas), el 19,1% es vascohablante pasivo (356.000 personas) y el 47%, castellanohablante monolingüe (877.000 personas). Considerando los tres territorios, se registran grandes diferencias entre ellos. La mitad de la población de Gipuzkoa de 16 años o más es vascohablante (50,6%). En Bizkaia, es vascohablante algo más de una cuarta parte de la población (27,6%). Y una quinta parte de la población de Álava es vascohablante (19,2%).

Está aumentando sin cesar el número de vascohablantes de la CAV. Con relación a la evolución de los últimos 25 años, en 2016 hay 212.000 vascohablantes más que en 1991 entre los ciudadanos y ciudadanas de la CAV de 16 años o más: los vascohablantes de ese grupo de edad han experimentado un crecimiento próximo a 10 puntos porcentuales (24,1% versus 33,9%). Ese crecimiento se está produciendo, en general, de manera regular y constante: como promedio, el porcentaje de vascohablantes de 16 años o más ha experimentado un crecimiento anual de 0,4 puntos. La VI Encuesta recoge una dato digno de ser resaltado y del que nos congratulamos: si reparamos en la evolución de los últimos 20 años, comprobaremos que en la primera década (1996-2006) el crecimiento fue de 2,4 puntos, mientras que en la segunda década (2006-2016), ese crecimiento ha llegado a ser de 3,8 puntos. Y es digno de ser resaltado, asimismo, el hecho de que en estos últimos cinco años (2011-2016) se ha mantenido el crecimiento de los cinco años anteriores (2006-2011), es decir, se ha mantenido el crecimiento de 0,9 puntos, pero no solo eso, sino que además ha aumentado un punto más (porque el aumento total ha sido de 1,9 puntos en el último quinquenio).

Respecto a la edad, el mayor crecimiento en el número de vascohablantes se está produciendo entre la población joven: en 2016, es vascohablante el 71,4% de los jóvenes entre 16 y 24 años; en 1991, por el contrario, lo era el 25%. A partir de 1996, además, el mayor porcentaje de vascohablantes se encuentra entre los jóvenes. No obstante, dado que el peso de la juventud respecto al total de población es pequeño, el aumento de los vascohablantes jóvenes no se refleja acusadamente en los resultados del conjunto de la población. La nuestra es una sociedad que envejece.

Los vascohablantes están adquiriendo un peso cada vez mayor también entre la población adulta. La VI Encuesta no solo confirma la tendencia de la Encuesta precedente, sino que, afortunadamente, la acrecienta. A diferencia de lo que venía sucediendo hasta ahora, en 2016, el porcentaje de vascohablantes es mayor entre la población adulta (es decir, en el grupo de edad de 50-64 años) que entre las personas de más edad (el grupo de 65 años o más), 24,6% versus 22,4%. Es la primera vez que sucede tal cosa. Hasta hace 20 años, el mayor porcentaje de vascohablantes se hallaba en el grupo de las personas de mayor edad, y con gran diferencia además (8,5 puntos de diferencia). Pero, desde entonces, ha disminuido el porcentaje de vascohablantes en el grupo de las personas de mayor edad, y ha crecido en mucho mayor proporción entre los jóvenes, de manera que, en consecuencia, hoy día sucede lo contrario, es decir, que entre las personas de mayor edad se halla el menor porcentaje de vascohablantes y el mayor porcentaje de castellanohablantes. Entonces, el euskera era lengua de cada vez menos jóvenes (una lengua en declive), mientras que hoy, por el contrario, es lengua de cada vez más jóvenes.

Con relación a la primera lengua, el 17,5% de la población de la CAV de 16 años o más ha recibido en el seno de la familia únicamente el euskera, y el 6%, el euskera y el castellano u otra lengua distinta del euskera. En total, por tanto, el 23,5% ha recibido el euskera en el hogar. Igualmente, tres de cada cuatro (el 76,4%) han recibido únicamente el castellano u otra lengua distinta del euskera en el hogar. No debemos olvidar, por otra parte, que cada vez son más los ciudadanos y ciudadanas vascos cuya primera lengua es una lengua distinta del euskera o del castellano.

«Hoy en día, el mayor porcentaje de personas que han recibido únicamente el euskera (22%) son jóvenes de 16-24 años, ya que la Encuesta sólo toma en consideración a los mayores de 16»

Hoy día, el mayor porcentaje de personas que han recibido únicamente el euskera (22%) corresponde a los jóvenes entre 16-24 años. Hace 25 años, en 1991, el porcentaje de personas que habían recibido como primera lengua únicamente el euskera, el 32,4%, correspondía a los mayores de 65 años, y ese porcentaje disminuía a medida que descendía la edad. El menor porcentaje correspondía a los más jóvenes: el 17%. Cabe poner de relieve, asimismo, el enorme aumento registrado por quienes, además de únicamente el euskera, han transmitido simultáneamente el euskera y el castellano: en el grupo de edad 16-24 años, en los últimos 25 años han pasado del 3,4% al 11,1%. Tal evolución pone de manifiesto tres hechos: por una parte, que la transmisión familiar del euskera ha mejorado sin cesar en estos últimos 25 años, como veremos más adelante; por otra parte, que han proliferado las familias lingüísticamente mixtas; y, en tercer lugar, que también los padres y madres euskaldunberris transmiten en una alta proporción el euskera en el hogar. Que ello sea así y que se acreciente constituye uno de nuestros principales desafíos de futuro.

Respecto a la primera lengua de los vascohablantes, seis de cada diez vascohablantes (el 63,2%) han recibido el euskera en el hogar (puesto que los vascohablantes de origen son el 50%, y los bilingües de origen, el 13,2%). A medida que desciende la edad, sin embargo, el porcentaje de euskaldunberris es cada vez mayor. En efecto, más de la mitad de la población comprendida entre los 16 y 24 años (el 53,9%) ha aprendido euskera fuera del hogar (en la escuela o en el euskaltegi).

Las características sociolingüísticas de los vascohablantes han cambiado mucho en los últimos 25 años. En 1991, la mayor parte de los vascohablantes lo eran de origen (79%) o bilingües de origen (6,8%), es decir, habían adquirido el euskera en el hogar. Los vascohablantes de origen, además, eran mayoría en todos los grupos de edad. En 2016, por el contrario, aunque los vascohablantes de origen siguen siendo, en general, mayoría, los bilingües de origen han ganado mucho peso, y más aún los euskaldunberris, especialmente entre la población menor de 35 años. Esperemos que esa tendencia se mantenga en los próximos años, puesto que el fortalecimiento de la misma será señal de que el euskera continúa creciendo, aunque ese mismo hecho nos plantea nuevos retos.

Según muestra bien a las claras la investigación sociolingüística, una persona bilingüe (y todos los vascohablantes lo son), a la hora de optar por usar una u otra lengua, se verá influenciada en gran medida por la facilidad para expresarse en las lenguas que conoce. Y, en la mayoría de los casos, el hecho de que una lengua sea o no la primera guarda una estrecha relación con la facilidad para expresarse en esa lengua. Hoy día, el 26,8% de los vascohablantes se desenvuelve mejor en euskera que en castellano. Son más quienes se desenvuelven con la misma facilidad en ambas lenguas (29,3%), y más aún quienes se desenvuelven mejor en castellano (44%).

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La facilidad de los vascohablantes ha cambiado desde 1991 hasta hoy. Hace 25 años, el porcentaje de bilingües que se desenvuelven mejor en euskera era bastante similar al de los bilingües que se desenvuelven mejor en castellano (34,6% versus 37,8%). Hoy, por el contrario, el porcentaje de los bilingües que se desenvuelven mejor en castellano es superior en 17 puntos al de los bilingües que se desenvuelven mejor en euskera (26,8% versus 44%).

La mayor cantidad de bilingües que se desenvuelven mejor en castellano se encuentra en la población joven. Entre los y las jóvenes vascohablantes de 16-24 años, el 55,7% se expresa con mayor facilidad en castellano que en euskera, y el 25,3% se desenvuelve mejor en euskera que en castellano. Es posible que esa tendencia se acreciente en los próximos años, especialmente en los territorios en que la proporción de castellanohablantes monolingües supera a la de vascohablantes: ello reflejaría la paradoja aparejada al hecho de que el crecimiento demográfico continúe sin retroceder, y constituye un reto que requiere especial atención.

La transmisión familiar continúa mejorando, incluso cuando solo uno de los progenitores sabe euskera. Son cada vez más los padres y madres vascohablantes que transmiten el euskera. Cuando ambos vascohablantes, casi todos transmiten el euskera. Así, al analizar la lengua transmitida a las personas entre 16-34 años, comprobamos que el 95,5% ha adquirido el euskera en el hogar, la mayoría de ellos (el 90,3%) solamente el euskera.

Cuando solo uno de los progenitores es vascohablante, más de seis de cada diez adquieren el euskera en el hogar, junto al castellano (61,7%). También en este caso crece la transmisión del euskera, pero es evidente que hay margen de mejora (porque llega a ser de un tercio la proporción de quienes no transmiten el euskera cuando solo uno de los progenitores es vascohablante), más aún si tenemos en cuenta que las parejas lingüísticamente mixtas pueden multiplicarse.

«Una de las novedades más destacadas recogidas por la Encuesta es la relativa a la transmisión del euskera por parte de padres y madres euskaldunberris»

La presente Encuesta presenta otra novedad relevante, relativa a la transmisión del euskera por parte de los padres y madres euskaldunberris. Para analizarla, hemos estudiado la transmisión en las familias con hijos e hijas entre 3-15 años. Es preciso tener en cuenta que las características sociolingüísticas de las personas vascohablantes han sufrido una profunda transformación, como consecuencia de los cambios sociales y del propio crecimiento del euskera: el euskera cuenta con nuevos tipos de hablantes, las familias lingüísticamente mixtas se han multiplicado… Nos hemos propuesto conocer la incidencia de toda esa diversidad sobre la transmisión. Para ello, a fin de saber cómo es la transmisión de la lengua en el seno de las familias con hijos e hijas entre 3-15 años, se ha preguntado a las personas encuestadas qué lengua han transmitido a sus hijos e hijas. Esta ha sido la primera vez que se ha indagado en ello. La conclusión fundamental es la siguiente: el nivel de transmisión familiar es, en general, muy elevado; se trata del nivel de transmisión que corresponde a una lengua viva y con perspectiva de seguir viva. Cuando ambos progenitores son vascohablantes de origen, la transmisión es del 100%. Los padres y madres euskaldunberris también transmiten el euskera en una elevada proporción. No obstante, se registran distintos niveles de transmisión, y existe margen de mejora, márgenes distintos a tenor de las diferentes tipologías lingüísticas. Precisamente uno de los principales retos de futuro para que el euskera sea una lengua viva es reforzar esa mejora y avanzar en ella, es decir, que los padres y madres euskaldunberris hagan cuanto esté en su mano para que sus hijos e hijas adquieran el euskera en casa.

Cuando los dos progenitores son vascohablantes y ambos tienen el euskera como primera lengua, todos (el 100%) transmiten el euskera: el 94% de los hijos e hijas han adquirido en casa únicamente el euskera, y el 6%, el euskera y el castellano. Cuando ambos progenitores son vascohablantes y solo uno de ellos tiene el euskera como primera lengua, el 95% transmite el euskera: el 71% de los hijos e hijas han adquirido en casa únicamente el euskera, el 24% el euskera y el castellano, y el 5% el castellano. Cuando los dos progenitores son vascohablantes y ambos tienen el castellano como primera lengua, el 81% transmite el euskera: el 45% de los hijos e hijas han adquirido en casa únicamente el euskera, el 35% el euskera y el castellano, y el 19% el castellano.

Cuando solo uno de progenitores es vascohablante y su primera lengua es el euskera, el 89% transmite el euskera y el castellano, y el 11% el castellano. Cuando solo uno de progenitores es vascohablante y su primera lengua es el castellano, el 49 % transmite el euskera y el castellano, y el 51 % el castellano.

El uso del euskera sigue aumentando. En la CAV, son cada vez más las personas que usan el euskera, y son cada vez menos las que solo usan el castellano. La presencia oral del euskera es cada vez mayor tanto en los ámbitos formales, como en el entorno más próximo (con los amigos y amigas y en el trabajo), y también en el seno de la familia. El 20,5% de la población usa el euskera tanto o más que el castellano. Otro 10,1% usa el euskera, pero menos que el castellano. El 63,3% usa siempre el castellano. Junto a todos ellos, otro 6,1% usa muy poco el euskera. En consecuencia, hoy el uso del euskera es del 30,6%, teniendo en cuenta que son el 20,5 % quienes lo usan tanto o más que el castellano, y el 10,1% quienes lo usan en menor proporción que el castellano.

En 1991, la proporción de habitantes de la CAV de 16 años o más que usaban el euskera tanto o más que el castellano era del 15,7% (hoy es del 20,5%); y quienes usaban el euskera aunque menos que el castellano eran el 7% (hoy son el 10,1%). El aumento del uso en estos 25 años es, por tanto, de 7,9 (4,8 + 3,1) puntos.

En los datos relativos al uso, se registran notables diferencias entre los diversos territorios. Las diferencias que se registran entre los diversos territorios son también muy notables entre las zonas sociolingüísticas. Cuanto más alta es la proporción de vascohablantes en una zona determinada, tanto mayor es el uso del euskera. En cualquier caso, el uso del euskera ha aumentado poco a poco en los tres territorios de la CAV y en la primera zona sociolingüística (< 30), en la segunda (30-50) y en la tercera (50-80). En la cuarta (> 80), por el contrario, ha descendido el porcentaje de quienes usan el euskera. Dicho descenso es, fundamentalmente, consecuencia de los movimientos de población acaecidos en los últimos años, puesto que el conocimiento del euskera de las personas que han trasladado su residencia a la cuarta zona sociolingüística es, en la mayoría de los casos, menor que el de quienes habitaban previamente en ellas o las han abandonado. Es preciso tener en cuenta la distribución de la población y proporción de vascohablantes zona por zona:

  • El 54,4% de la población de la CAV reside en la primera zona sociolingüística, el 20,9% en la segunda, el 19,2% en la tercera y el 5,6% en la cuarta.
  • El 29,6% de los vascoahbalntes de la CAV reside en la primera zona sociolingüística, el 22,3% en la segunda, el 34,4% en la tercera y el 13,7% en la cuarta.

En general, el uso del euskera ha aumentado en todos los ámbitos: en el hogar, en el entorno próximo y en el ámbito formal. En los últimos 25 años, el mayor aumento se ha producido en el ámbito formal, especialmente en los servicios municipales y de salud. En 2016, el 25,8% de la población de la CAV utiliza el euskera tanto o más que el castellano en los servicios municipales y el 20% en los servicios de salud (en 1991, el porcentaje de quienes usaban el euskera tanto o más que el castellano en esos dos ámbitos era, respectivamente, del 8,3% y del 13,9%).

«En los últimos cinco años ha aumentado el uso del euskera en el hogar, hasta el 19%, 1,8 puntos más que hace un lustro»

El aumento del uso del euskera es también muy diverso con relación a la edad. Por otra parte, el uso del euskera registra su menor aumento en el hogar. En el intervalo entre 1991 y 2011, el porcentaje de quienes utilizaban el euskera tanto o más que el castellano en el hogar se ha mantenido estable (alrededor del 17%), sin aumento ni descenso. Y llegamos ahora a uno de los datos más reseñables de esta VI Encuesta: me refiero al aumento registrado en los últimos cinco años en el uso del euskera en el hogar (el 19% usa el euskera en el hogar tanto o más que el castellano, 1,7 puntos más que hace cinco años). Se ha invertido la inercia o tendencia de estos últimos veinticinco años. La razón de dicho aumento estriba en el incremento del uso del euskera entre todos los miembros de la familia, puesto que ha aumentado en todas las relaciones, pero la explicación se debe buscar especialmente en el aumento registrado por el euskera como lengua de relación entre los componentes de la pareja, uso que ha aumentado casi un punto ­–0,8– (14,1% en 2011 y 14,9% en 2016).

La actitud favorable al fomento del uso del euskera ha aumentado en los últimos 25 años, y muy especialmente en estos 5 años. El mayor descenso de las actitudes contrarias también ha tenido lugar en estos últimos 5 años. Hoy, el 65% de la población de la CAV es favorable al fomento del uso del euskera, 10 puntos más que en 1991, y 3 puntos más que en 2011. La actitud contraria, por el contrario, ha descendido. En 1991, el 14% era contrario al fomento del euskera, en 2011 lo era el 12%, y en 2016 lo es el 9,3%. Por tanto, el mayor salto en el descenso de las actitudes contrarias se ha producido en estos últimos 5 años (un descenso de 2,7 puntos, lo cual significa que más de la mitad del descenso registrado en estos 25 años se ha producido en el último quinquenio).

La actitud respecto al fomento del euskera está estrechamente vinculada con la competencia lingüística. En efecto, se manifiesta favorable al fomento del euskera el 87,1% de los vascohablantes, el 63,4% de los vascohablantes pasivos y el 49,7% de los castellanohablantes. Es obvio, a la luz de tales datos, que uno de los retos fundamentales es el de extender la legitimidad del uso del euskera y nutrir la adhesión hacia el euskera en todo el conjunto de la sociedad, no únicamente entre los vascohablantes —y menos aún etre los euskaltzales­—, porque la cuestión del euskera no atañe únicamente a los vascohablantes, sino que está íntimamente vinculada con la convivencia entre toda la ciudadanía vasca.

La Encuesta Sociolingüística muestra en la CAV un crecimiento que se viene prolongando ya durante 25 años, un crecimiento continuado y constante. Se aprecia con absoluta claridad que se ha puesto en vías de revitalización una lengua en declive, y que en esa vía se ha avanzado sin pausa. Ello se debe a la concurrencia de multitud de esfuerzos y factores. Pero uno de esos factores descuella sobre todos los demás: la voluntad de la ciudadanía. El euskera ha avanzado porque es un proyecto colectivo de esta sociedad. El mérito es de toda la sociedad. Por ello, el viernes, en el acto de presentación de la Encuesta, felicité y di las gracias, en nombre del Gobierno Vasco, a la sociedad vasca, porque ella es la protagonista principal de este gran cambio lingüístico. A la hora de manifestar esta felicitación y agradecimiento, tengo muy presentes a los agentes del sistema de enseñanza y a los padres y madres que han elegido para sus hijos e hijas una enseñanza en euskera, padres y madres vascohablantes y castellanohablantes sin conocimiento del euskera; a los y las docentes; a los euskaltegis y a su profesorado; a los medios de comunicación en euskera, grandes y pequeños, públicos y privados; a los medios de comunicación que, aun teniendo el castellano como lengua principal, han hecho sitio al euskera y a la información sobre el euskera; a los y las periodistas; al profesorado y alumnado universitarios que han optado por el euskera; a los empresarios y empresarias que han abierto paso al euskera en el mundo del trabajo; a los agentes culturales de todos los ámbitos, creadores, escritores, traductores; a los y las profesionales que utilizan el euskera en todo tipo de servicios —servicios públicos, de salud, bancarios, de hostelería, colegios profesionales—; a los sindicatos; a los partidos políticos; a todos cuantos han impulsado el acuerdo social y político básico; a los ciudadanos y ciudadanas, a quienes usan el euskera, a los hablantes del euskera, a quienes, sin saber euskera, respetan y promueven su uso… todos ellos y ellas son protagonistas del cambio que muestra la Encuesta. Enhorabuena y muchas gracias a todos ellos y ellas.

Pero la Encuesta, además de un crecimiento, nos revela nuevos retos y ámbitos de mejora. Es peligroso no aceptar o no valorar en su justa medida el enorme avance del euskera en estos 25 años, logrado merced al esfuerzo de esta sociedad. Esta sociedad tiene todo el derecho y sobrados motivos para sentirse satisfecha y orgullosa, a la vista de lo que ha hecho con el euskera. Pero también es peligroso que la grandeza de lo que hemos hecho oculte o difumine lo que nos queda por hacer. Sería peligroso que pensáramos que lo del euskera está hecho. Es preciso mantener la energía social y el compromiso político de estos años, seguir impulsando políticas positivas, porque lo más fácil no es avanzar: lo más fácil es que se cronifique el desequilibrio actual entre el euskera y el castellano y que retrocedamos.

Lo que hemos hecho es mucho, pero es mucho lo que nos queda por hacer: “el largo y difícil camino del euskera” a que aludía Mitxelena sigue siendo largo y difícil. No podemos bajar la guardia ni debemos caer en la siempre estéril autocomplacencia. Es preciso que consolidemos el avance realizado y que sigamos adelante, dando nuevas respuestas a los nuevos desafíos. Y esa es una tarea que nos atañe a todos.

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Participantes en la presentación del viernes: Jorge Gimenez (Director de Investigación Lingüística y Coordinación de la VPL y secretario de la Comisión Promotora de la VI Encuesta Sociolingüística), Mikel Arregi (Gobierno de Navarra – Director de Euskarabidea), yo, Mathieu Bergé (presidente de Euskararen Erakunde Publikoa) y Jon Aizpurua (Responsable del Servicio de Investigación Sociolingüística de la VPL y responsable técnico de la VI Encuesta Sociolingüística). Todos formamos parte de la Comisión Promotora de la VI Encuesta (junto a Paula Kasares y Bernadette Soulé).

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Imagen de los participantes en la presentación de los datos de la CAV de la VI Encuesta Sociolingüística.

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Acerca de Patxi Baztarrika

Patxi Baztarrika Galparsoro (Ataun, 1958). Filosofia eta Hezkuntza Zientzietan lizentziatua UPV-Euskal Herriko Unibertsitatean. 2005etik 2009ra eta 2012tik 2016ra, Eusko Jaurlaritzako Hizkuntza Politikarako sailburuordea. NPLDko presidentea 2015-2017ko tartean. Lehenago, eta gaur egun, Andoaingo Udaleko Euskara Zerbitzuaren arduraduna teknikari lanetan. Besteak beste, 'Babeli gorazarre' liburuaren egilea (2010).
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