Osakidetza y euskera: una parálisis democrática

El último informe anual del Ararteko destaca, un año más, “las dificultades de la ciudadanía para ejercer su derecho de relacionarse libremente con la Administración en cualquiera de los dos idiomas oficiales”, y puntualiza que el mayor déficit se concentra en Justicia, Interior y Sanidad, por “la falta de personal vascoparlante”. “Tras treinta años de cooficialidad”, la aplicación progresiva del derecho de todo ciudadano a utilizar el idioma que prefiera no debe entenderse “en el sentido de que las cosas cambiarán por sí mismas por el mero transcurso del tiempo”, sino que “es necesario intervenir”.

El Comité de Expertos del Consejo de Europa para el seguimiento de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias subrayó, en su evaluación de diciembre de 2008, su “inquietud por Osakidetza y la Ertzaintza, como consecuencia de que el personal carece del conocimiento necesario de la lengua vasca”. Refiriéndose a Osakidetza, resaltó “las dificultades de los pacientes para ser recibidos y tratados en euskera”, y, “consciente de las dificultades prácticas a las que se enfrentan las autoridades vascas, elogia los esfuerzos realizados (diciembre de 2008) y entiende que debe mejorarse la situación actual, por lo que les anima a perseverar en ese camino”.

Por el contrario, el consejero de Sanidad, tan abierto a referencias externas, sostiene que “el euskera no es un problema” pero que “se ha ido demasiado rápido con la euskaldunización”. Así que el Ararteko y el Comité de Expertos exageran cuando reclaman “mejoras e intervención”. Sin embargo, nos tememos que los tercos datos son los que son: después de treinta años el Consejero considera un exceso de velocidad que el número de plazas de médicos con obligatoriedad de conocimiento de euskera (perfil 2) no pase del 14,7%; sea inferior al 5% cuando se trata de plazas de facultativos de hospitales, y el porcentaje de facultativos que no han acreditado ningún conocimiento de una de las lenguas oficiales “sólo” suponga el 64%. ¡¿Velocidad?!

El viceconsejero ha repetido una y otra vez, con un punto de obsesión, que en la OPE de 2011 “el euskera contará como mérito, pero ya no será determinante para entrar en Osakidetza”, lo cual no deja de ser sorprendente, porque se trataría de un mérito puntuable que no determina nada. Conocer euskera siempre ha sido determinante (17 puntos), también lo será ahora, pero nunca ha sido lo más determinante en la fase de concurso de las OPE de Osakidetza, nunca. La experiencia profesional (45 ó 50 puntos) y la formación, docencia e investigación (20 ó 25 puntos) es lo que ha valido de verdad. Por ejemplo, en la OPE de 2008, en la cobertura de plazas de médico de familia, nada menos que 126 aspirantes con perfil lingüístico acreditado se quedaron sin plaza aun habiendo obtenido 95 puntos sobre un máximo de 100 en el examen teórico, y, sin embargo, obtuvieron plaza 100 aspirantes sin perfil lingüístico y con el mismo número de puntos en el examen teórico. El euskera ha sido determinante solo a la hora de dilucidar entre aspirantes con muy similar puntuación en todas las demás materias puntuables. ¿Es excesivo?

No se debe contraponer la probada excelencia profesional de nuestros médicos al avance efectivo en la atención bilingüe del paciente, pues un médico bilingüe, por el hecho de serlo, no es menos médico ni tiene por qué poseer una menor capacitación. Frenar la vía para garantizar más el derecho a ser atendido en la lengua de elección del paciente merma la calidad democrática, porque muchos clientes eligen al médico por el idioma y no solicitan en cambio su curriculum vitae para estudiar su preparación profesional que, como en la mili el valor, se le supone. No es culpa de este Gobierno el actual desequilibrio lingüístico: las complejas realidades sociolingüísticas vienen de muy lejos. Pero se requiere una intervención sostenida del Gobierno de cada momento, porque las desigualdades sociales, incluidas las lingüísticas, no se subsanan solas. En esta ocasión, sólo observamos retrocesos. No se conoce una sola nueva medida positiva para mejorar la situación del euskera en Osakidetza, pero sí determinadas acciones y un discurso gubernamental de marcha atrás que, so pretexto de “reducir la velocidad”, se acercan peligrosamente al nefasto “laissez faire, laissez passer”, alejándose abiertamente de la Carta Europea.

En la OPE de 2011, para cubrir las plazas de pediatría de asistencia primaria, la valoración de la formación-investigación-docencia ha aumentado el 75%, aun cuando ya era más determinante que el euskera antes, y la valoración del euskera en la fase de concurso ha aumentado el 5,9% (de 17 a 18 puntos). Resulta curioso que la valoración de las otras lenguas (inglés, francés y alemán) haya aumentado el 100% (de 5 a 10 puntos), quizás porque las niñas y niños vascos menores de 14 años se manejan habitualmente en esos idiomas… Esto mismo sucede para cubrir las plazas de médicos de familia, etc. ¿Saben los responsables de sanidad que el 93,3% de las niñas y niños de la CAV cursan sus estudios de educación infantil y primaria total o mayoritariamente en euskera? El castellano, por supuesto, ni se discute, se supone. Esta oda a la igualdad revela una parálisis democrática inquietante.

Patxi Baztarrika – Pello Salaburu

Publicado en El Correo y Diario Vasco el 09-11-2011

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Una respuesta en “Osakidetza y euskera: una parálisis democrática

  1. Errupin dijo:

    Aspaldiko idatzia izan arren, komentario txiki bat.

    Muturreko jarreretik urruti nago, alde batetik laissez faire eta bestetik derrigortasun orokorratik. Zure euskaltzaletasun irekiaren aldekoa naiz, baina Romanones esan zuen bezala, erreglamentuetan datza klabea, zehaztasunetan.

    2008ko oposaketan medikuen datuak ematen dituzu. Baina ez duzu aipatzen euskara pefilik gabekoen adina (antzinatasun puntu mordoekin). Nire ustez, konparatu egin behar dena bi mediku gazteen egoera da, bat elebiduna, eta bestea ez, eta azterketa serioa ez bada, euskera, zalantzarik gabe, faktore guztiz erabakiorra da.

    Berriro ere, zuk azaltzen dituzun euskera eta gizarteari buruzko gogoetak konpartitzen ditut, baina euskal langile publikoen artean ikusten ari den aldaketa sakonak (LABen igoera haundia eta iraunkorra, erakusle), ez du inondik inora euskal gizartearen aniztasuna eta gura dugun elkarbizitza isladatzen.

    Euskal hiriaren aldekoa zarela jakinda, eta Euskera XXI ekarpen historikoa bultzatu ostean, hurrengo legealdian arlo honetan ere ausartia izango zarelakoan, zorte on, Patxi.

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